De repente, llaman a la puerta, eran unos amigos, fueron allí para montar una fiesta.
Tras dos horas de fiesta, no había nadie. De pronto advirtió que se encendía una luz.
Había alguien en el corral, alguien desconocido.
De repente Verónica no estaba, Martín estaba sólo, él gritaba, hablaba, el asesino le estaba haciendo sufrir, él al final salió fuera, el asesino detrás le metió una pequeña descarga, para dejarlo inconsciente.
Lo ató a una silla, cogió los cables de un coche y lo electrocutó.
La policía nunca encontró su cuerpo.

Muy bien Álex, gracias por animarte a compartirlo con todos tus lectores.
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