Álex llegó al castillo abandonado donde iba a estar durante las vacaciones con su tía Alicia. Era
una noche muy oscura. Álex no podía dormir, por la mañana cogían el tren para
irse al castillo de Drácula.
Sonó el despertador, se levantó enseguida y fue a
buscar a su tía Alicia. Miró el reloj, y vio que eran las 5:00 a.m., cogían el
tren a las 5:30. Se vistieron corriendo, cerraron las maletas y fuero a la
estación. No podían llegar tarde.
Ya en el tren, Álex estaba leyendo unas anotaciones
sobre el castillo de Drácula y su tía como siempre estaba pintándose las uñas.
El tren paró en la parada del castillo y Álex y Alicia bajaron y fueron
caminando hasta el castillo de Drácula. Era un castillo impresionante, en la
fachada había unos grandes ventanales llenos de telarañas. Cuando Alicia y Álex
entraron había una sala inmensa, por los laterales se hallaban unas escaleras que
llegaban hasta el tejado del castillo.
No había nadie. De pronto advirtió que se encendía
una luz. Había alguien en el castillo. Entró por la parte de detrás. Era el
fantasma del castillo, el mayordomo del rey Carlos VI que vivía hace años.
Ya más tarde, Álex entró a la habitación que iba a
dormir, era una habitación muy grande, a la derecha tenía su baño privado, con
jacuzzi, a la izquierda del dormitorio había una sala de juegos y al fondo una
enorme cama.
Después de arreglarse toda la maleta, fueron a dar
un paseo por el castillo y más tarde, se fueron a la cama.
Eran las dos de la madrugada, Álex se despertó. Oía
ruidos, puertas que se abrían, platos que se rompían, alguien tenía que estar ahí.
Cogió un candelabro con un fuego muy intenso y Álex
se fue a mirar quién había. Vio una sombra y se fue corriendo, entró en la
primera puerta que vio ¡La cámara frigorífica! El susodicho la abrió y Álex se
quedó de piedra, era…
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